DEL 27 DE MARZO AL 5 DE ABRIL
Castilla y León goza del mayor número de semanas santas declaradas de Interés Turístico Internacional, un total de ocho de entre las 23 localidades que cuentan con este título en toda España. Son Valladolid, Medina de Rioseco, Medina del Campo, Salamanca, Zamora, Palencia, León y Ávila. Hacemos un recorrido por lo más destacado dentro de estos hitos de tradición milenaria y silenciosa, con las mejores colecciones de imaginería y unas costumbres arraigadas de generación en generación.
En LEÓN, la procesión de los Pasos es el acto más popular, con 13 tallas portadas por 4.000 papones (nombre que reciben allí los cofrades). El momento estelar es el del Encuentro entre San Juan y La Dolorosa, en la Plaza Mayor, cuando los braceros hincan la rodilla en el suelo con gran esfuerzo para que la figura de éste simule una reverencia a la Virgen. No puedes irte sin probar la limonada por los bares del Barrio Húmedo leonés.
La amurallada ÁVILA vive muy especialmente el momento del encuentro entre Nuestra Señora de la Esperanza y el Cristo de la Ilusión en la Plaza de la Catedral, el día de Lunes Santo. Previamente, los portadores han tenido que arrodillarse bajo la imagen para conseguir que pase sin rozar la parte superior del arco de la Esperanza.
En la provincia de VALLADOLID, comenzamos por su capital, que atesora la mejor colección de pasos, en su mayoría barrocos, de toda Castilla y León. El día grande es el Viernes Santo, cuando se celebra en la Plaza Mayor el Sermón de las Siete Palabras. Las rosquillas fritas son un buen tentempié de la Semana Santa vallisoletana. Continuamos por MEDINA DE RIOSECO, donde la Hermandad del Descendimiento, popularmente conocida como ‘La Escalera’, han llevado durante cientos de años a su máximo esplendor esta festividad en la localidad. En MEDINA DEL CAMPO se celebran las procesiones más antiguas de España con tallas de incalculable valor. Son muy interesantes las procesiones de la Vera Cruz en la noche del Jueves Santo y la del Silencio el Viernes Santo.
Se conoce como La Pasión de ZAMORA y es que su Semana Santa se remonta al siglo XIV y es de austero carácter. Destaca el día de Jueves Santo cuando, en la noche, pasa el Cristo Yacente y en un silencio sepulcral se escucha el canto del Miserere.
En el bello enclave histórico de SALAMANCA destaca el sobrecogedor momento de la salida del Cristo del Amor y de la Paz y su paso por el puente romano y la dura ascensión por la calle Tentenecio.
En PALENCIA, uno de los momentos más intensos es en el que se desclava y baja el de la cruz el cuerpo de Cristo. Primero los clavos de pues y manos y después la corona de espinas. Todo esto mientras un cofrade narra el momento, junto a la música y el tintineo de una campanilla que emociona a los asistentes. Por último, una mención especial merece en esta provincia la localidad de CARRIÓN DE LOS CONDES, con unas de las procesiones más vistosas y singulares, además de austeras, con tallas de entre los siglos del XVII al XX. Una de sus señas de identidad es la ausencia de capuchones que oculten el rostro de los cofrades. Semblantes que sobrecogen con un escenario de fondo como es el increíble patrimonio histórico de Carrión.
Artículo y fotografías en las páginas 57 a 59 de la Revista Turismo