La Villa de Portugalete, enclave vizcaíno en pleno corazón de la ría del Nervión, lleva años trabajando en la conservación y promoción de su patrimonio industrial. Un distintivo que, junto a sus Patrimonio de la Humanidad y su cultura e historia, convierte a la ciudad en un destino de referencia para descubrir en cualquier época del año. Con motivo del 125 Aniversario de su Puente Bizkaia -o Puente Colgante-, el pasado año, Portugalete fue elegida como sede para celebrar la ‘I Semana Internacional de Turismo Industrial’, que reunió a más de un millar de personalidades del ámbito del turismo nacional e internacional. En este marco, con la presencia de la ministra de Industria y Turismo de España, Reyes Maroto; el consejero del Gobierno Vasco, Alfredo Retortillo; y el alcalde de la localidad, Mikel Torres; se inauguró el primer Foro Internacional de Turismo Industrial en Euskadi.

Museo Rialia de la Industria, en Portugalete.
La fuerza del hierro en cinco enclaves
La Noble Villa de Portugalete acoge uno de los máximos exponentes de ese patrimonio industrial: el Puente Colgante, un puente transbordador conocido a nivel internacional como Puente Bizkaia. Se trata del primer Patrimonio Industrial de la Humanidad declarado por la UNESCO en el año 2006 y seña de identidad de la ciudad.
Además de su icónico puente, la Villa es una clara heredera de un pasado industrial que ha dejado hoy en día numerosos testigos patrimoniales, reconvertidos en interesantes recursos turísticos. Un paseo por Portugalete acabará sin duda en el Muelle de Hierro de Evaristo Churruca, una obra de ingeniería de 1887 que solucionó definitivamente el problema histórico que suponía para la navegabilidad la barra arenosa existente entre las dos márgenes.

Mareómetro, de 1883, situado a la entrada del muelle, en la ciudad de Portugalete.
A la entrada del muelle se encuentra el Mareómetro, de 1883, que medía las mareas para ver si los barcos podían navegar o no por la ría del Nervión. Siguiendo el paseo, se halla la antigua Estación de La Canilla, por la que pasaba el ferrocarril que unía Portugalete con Bilbao y que no solo hizo posible el desplazamiento a lo largo de toda la margen izquierda de los miles de trabajadores que diariamente se desplazaban a las grandes fábricas, sino que sirvió también como transporte de mercancías.
Es posible conocer toda esta parte de la historia portugaluja y su patrimonio en Rialia, el Museo de la Industria, ubicado en el muelle de la Villa, donde el visitante podrá contemplar una colección permanente procedente de los Altos Hornos de Vizcaya, de Babcock Wilcox o del Puente Transbordador.

Mikel Torres, alcalde de Portugalete (primero por la izquierda), junto a otros representantes políticos en la inauguración del I Foro Internacional de Turismo Industrial en Euskadi.
“El patrimonio industrial es memoria viva”
Alfredo Retortillo, consejero del Gobierno del País Vasco, destaca como uno de los objetivos de su equipo “la apuesta por el turismo industrial como una imagen de Euskadi que no renuncia a su historia más reciente, al sacrificio y esfuerzo de los hombres y mujeres que la construyeron y que con su valentía sentaron las bases de lo que es hoy”. “Es nuestra historia y es, además, memoria viva, no solo restos del pasado”, subraya Retortillo, que hace hincapié en crear “un proyecto con mayúsculas, con una oferta estructurada y conjunta que visibilice las posibilidades de Euskadi como destino de turismo industrial”.