La capital portuguesa tiene un alma bohemia y corazón de ciudad portuaria con memoria atlántica. Lisboa, una de las ciudades más bellas de Europa, conserva ese sabor y olor auténticos de las ciudades marineras legado de su historia de mil leyendas que trajeron los barcos que conquistaron esos otros mundos. Lisboa es, sobre todo, una ciudad romántica en la que se escuchan esos fados de dulce melancolía. Lisboa es quizás la única ciudad del mundo, como ha dicho el escritor Juan Manuel de Prada, que posee la virtud de reconciliarnos con esas imágenes fantásticas que solamente existen en nuestras ensoñaciones.
Chiado: el barrio más de moda
Un buen lugar para empezar a visitar la ciudad es la inmensa Plaza del Comercio, de galerías y pórticos señoriales y con la gran estatua del monarca Don José presidiéndola. Disfruta desde allí de las vistas al mar y los transbordadores, así como del Puente 25 de Abril -el colgante más largo de Europa- y la silueta del Cristo Rei en la lejanía. Sube al Arco de la Rua Augusta o al elevador de Santa Justa para tener dos increíbles panorámicas. La cercana zona conocida como Chiado es una de las más diversas, modernas y populares de la ciudad, llena de tiendas de moda, cafés y salones de té. No te vayas sin tomar un café en La Brasileira, uno de los más famosos de toda Lisboa. La Avenida de la Libertad, es el centro neurálgico lisboeta, con numerosos hoteles, tiendas y marcas mundiales, teatros y edificios históricos de gran majestuosidad.
La Alfama enamora
Es parte imprescindible de la visita a Lisboa y su barrio más antiguo, con un legado cultural inmenso (convivieron judíos, cristianos y musulmanes). Un entramado de calles adoquinadas en torno al Castillo de San Jorge, que desembocan en acogedoras plazas formando un empinado laberinto medieval que transporta en el tiempo al viajero: pequeños patios con flores, típicas casas, ropa tendida y antiguos tranvías que parecen desafiar a la gravedad. En la parte baja del Barrio se encuentra la catedral de Lisboa, la Sé, y también son muy bellas las iglesias de Santa Engrácia y Sâo Vicente de Fora.
Barrio Alto: el alma nocturna
Sus pintorescas calles del siglo XVII, salpicadas de tiendas alternativas de moda, arte y música, se transforman al caer la tarde en un reguero de gente que entra y sale de sus locales de fado, bares y restaurantes. La conocida como ‘la calle rosa’ -la Rua Nova Carvalho-, en el Cais do Sodré, es, a día de hoy, el lugar de referencia de la noche lisboeta, con un ambiente alternativo y calles sin tráfico, en las que se alarga la diversión hasta altas horas. Otras calles de la ciudad, como la Alcántara, Santa Apolonia, Príncipe Real o la Avenida 24 Julho son otros puntos interesantes con exclusivas discotecas y bares.
Un antojo: Lisboa se come
Su base es la cocina mediterránea y el bacalao, cocinado de más de 1.000 maneras, es su plato estrella. De postre, prueba los codiciados y famosísimos Pasteles de Belém, los más tradicionales están en la Antigua Confitería de Belém. La oferta de restaurantes en la ciudad es amplísima. Puedes optar por uno de los tres con Estrella Michelín: el Belcanto, Eleven y Feitoria. El Martinho da Arcada (Plaza del Comercio) es uno de los más emblemáticos y ofrece algunos de los platos más tradicionales, como el arroz con pato a la portuguesa. Otros restaurantes destacados son los innovadores Bica do Sapato y Tasca da Esquina, el Can the Can o el Papa Açorda.
LA TORRE DE BELÉM CUMPLE 500 AÑOS
Han transcurrido ya 500 años desde que el rey D. Manuel I de Portugal ordenara la construcción de uno de los emblemas nacionales del país: la Torre de Belém, y un referente histórico Patrimonio de la Humanidad, de belleza indiscutible esculpida en piedra y a orillas del inmenso río Tajo. En conmemoración, Lisboa acogerá hasta finales de año numerosas iniciativas culturales, desde exposiciones a charlas y conciertos, con el monumento como protagonista. De forma permanente, a la entrada, un quiosco digital ofrece información histórica sobre la Torre; y en tu visita, es indispensable que hagas una parada para admirar el enorme Monasterio de los Jerónimos, de impresionante fachada y claustro.
Por Sonia Vidal
El reportaje completo y una guía práctica de la ciudad en las páginas 88 a 91 de Revista Turismo