CENTRO REGIONAL DE ARTESANÍA DE CASTILLA Y LEÓN (CEARCAL)
El sector de la artesanía lucha continuamente por romper con la imagen social equívoca que hay del mismo. Y en esto, Félix Sanz Sastre, director del Centro Regional de Artesanía de Castilla y León (CEARCAL), nos ha abierto los ojos en nuestra visita al mismo, en Valladolid, descubriendo un lugar preparado para la artesanía del siglo XXI. Y es que la visión cerrada de que artesanía es solo sinónimo de oficios tradicionales relegados a ferias medievales es un error. Este sector genera también productos de vanguardia que cubren necesidades de empresas de otros sectores, sumando siempre la excelencia de ser un producto hecho ‘a medida’. CEARCAL abre sus puertas a profesionales o simplemente amantes del trabajo artesano y les forma con una veintena de cursos especializados, además de otros muchos servicios. Algunos de ‘los grandes’ de la Comunidad, como la diseñadora Mayaya, han pasado por sus aulas.
Solamente en Castilla y León están reconocidos un total de 150 oficios diferentes que demuestran que la artesanía es mucho más que esa visión arcaica de trabajo: es joyería, moda, restauración de patrimonio, escenografía teatral, decoración… entre otros muchos. En la web www.empresasartesanascyl.es se puede acceder a todo este listado.
Una herramienta de formación a disposición de todos
Con la mente más abierta, uno entiende mejor el fin de los 1.200 metros cuadrados de talleres ampliamente equipados con los que cuenta el CEARCAL, ubicados en un luminoso edificio construido en un entorno privilegiado a orillas del río Pisuerga. El centro, que lleva 12 años en funcionamiento, es fruto de un convenio de colaboración entre la Federación de Organizaciones Artesanas de la Comunidad (FOACAL), la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid.
El centro, totalmente polivalente, cuenta con una sala de exposiciones, biblioteca especializada, sala de juntas e incluso su propia gestoría, que ponen también a disposición de otros usuarios del gremio de la región. Unas cuidadas instalaciones que no alquilan para otros usos externos pero sí ponen a disposición de artesanos que lo necesiten para un trabajo concreto, siempre llegando a un acuerdo, o para ciertas actividades de las asociaciones de vecinos del barrio.
La innovación, el objetivo en cada curso
A lo largo del año, CEARCAL ofrece alrededor de 20 cursos monográficos de nueve meses -de octubre a junio-, para la formación en un oficio concreto, con trabajos tan variados como la cerámica, la piel, moldes, iniciación a las nuevas tecnologías, confección… Entre los más demandados está el de marroquinería, talla o joyería, comenta Sanz Sastre. El director explica que “la empresa artesana precisa de la innovación y la especialización en todo su proceso productivo”, por eso el centro busca siempre la incorporación de nuevos materiales, el uso de nuevas herramientas digitales o poder incluir una impresora 3D en su equipo, algo por lo que trabajan desde hace tiempo.
“Una de las bazas más fuertes del centro es su profesorado, profesionales del sector que conozcan el oficio, los trucos del taller y no solo la parte didáctica o teórica. Siempre buscamos al mejor de cada materia ya sea en España o en el extranjero”, afirma el director del CEARCAL. Y es que los cursos están abiertos tanto a profesionales que deseen mejorar su técnica como a cualquier persona que desee aprender un oficio artesano. No hay filtro y pueden encontrarse alumnos que oscilan de los 16 a los 75 años.
Visibilizar al sector y adaptarlo
Uno de los objetivos principales del centro es conseguir que el sector artesanal se adapte al mercado actual y exprimir su gran potencial en la dinamización de las políticas de empleo rural. Darle más visibilidad, pues los talleres suponen un atractivo turístico en sí mismo y países y regiones enteras utilizan esa imagen de tradición como soporte turístico. “Por eso es tan importante dar rentabilidad económica y utilidad social a los oficios, mantenerlos vivos, preservando así el patrimonio cultural e histórico que supone la artesanía castellano-leonesa”, explica Sanz Sastre.
De este modo, desde CEARCAL y la Dirección General de Comercio se han planteado un total de cinco estrategias con actuaciones de promoción de la artesanía de Castilla y León y sus empresas y de mejora de su competitividad. Entre ellas destaca la de apoyo a la comercialización de los productos entre los grandes distribuidores de la región, facilitando la logística y la intermediación. Para ello ya está diseñado un mobiliario -compuesto por estanterías, mesas o stands- que se colocará en determinados centros comerciales y grandes superficies (aún por concretar, según el director del centro) y que mostrará empresas y piezas de los artesanos de la comunidad. El objetivo es que estos productos consigan una identidad propia y claramente separada dentro de los grandes distribuidores de productos presentes en Castilla y León.
Pero, ¿quién es artesano o cómo llegar a serlo?
“Nadie está obligado a ejercer de artesano, es un proceso voluntario y gratuito”, afirma Sanz Sastre. Se trata simplemente de un proceso administrativo en el que hay que presentar, ante una comisión formada por artesanos y funcionarios, determinados documentos que acrediten que el solicitante conoce un oficio. “Si posee una formación reglada va a pasar automáticamente, pero el resto debe acreditar su historial, experiencia o, por ejemplo, si ha heredado una formación o ha sido autodidacta”, comenta. Este proceso se lleva a cabo en las delegaciones territoriales de cada provincia, donde cada comisión decidirá si el futuro artesano posee los conocimientos requeridos o tendrá que esperar para ser reconocido con este ‘título’ de indiscutible valor histórico, turístico y personal.